La Paloma, Rocha.
Extrañas son las sensaciones al escribir sobre Uruguay. Fundamentalmente porque es complicado comenzar a destacar sus cualidades; todas dejan algo para disfrutar, para vivir, simplemente para permitirte ser sin obstáculos ni miramientos. Uruguay abre su geografía y su corazón todo el tiempo; no hay temporadas ni épocas fuertes, es un lugar para vivir y visitar, siempre.
La amabilidad de su gente, su apertura y educación sirven de puntapié inicial para disfrutar sus aires y aguas cristalinas y límpidas; los espacios verdes que abundan en cada rincón del país. Todo te queda a la vuelta de la esquina o muy cerca de ella. El campo y la ciudad se entremezclan con aires de libertad y tranquilidad donde los niños pueden explotar de júbilo en sus juegos y los padres vivir esos momentos con absoluta tranquilidad. El clima templado acompañará sin grandes inclemencias y en el ámbito cultural, los uruguayos tienen al inglés como su segunda lengua, lo que facilitará la comunicación fluida en las relaciones culturales y de los negocios.
El nivel educativo busca ampliarse permanentemente y esto permite también una apertura significativa para con la multiplicidad de expresiones artísticas; ya sea su teatro, su música, sus bailes y su relevante carnaval. Ingresar en el Mundo Uruguay es relajarse en sus playas uruguayas expansivas y desiertas, en praderas interminables, o balnearios glamorosos.
Para todo el año: Rocha
Si se desconoce por completo al país hermano, cualquier punto de su geografía es recomendable para comenzar a bucear en él pero sin duda que, quién visite por primera vez el departamento Rocha, será muy difícil irse de él. Rocha posee dunas y playas que aún gozan de virginidad, bosques frondosos, bañados interminables y humedales nunca vistos que albergan reservas de flora y fauna que son patrimonio ecológico de la humanidad y considerada por las Naciones Unidas como la sexta biodiversidad del mundo, y por la Unesco como reserva de la biosfera.
Seguramente, familiarizado con nombres como La Pedrera y La Paloma sería bueno conocer su recorrido hasta la frontera con Brasil. Sitio ideal para encontrar paz en balnearios de vastas arenas. Otros nombres clásicos de sus balnearios son Punta del Diablo, Cabo Polonio y Chuy, entre otros. Es ahí donde fueron formándose pintorescos pueblos de pescadores que fueron tomando como hábitat natural a los ecosistemas nativos que son hogares de tortugas marinas de dimensiones enormes, leones marinos, lobos de dos pelos y de la ballena franca que visita las costas de Rocha en cada primavera para aparearse y criar a sus ballenatos. Son 180 kilómetros de costa oceánica; hasta la frontera uruguayo-brasileña, ahí aparece el Chuy, no sólo con playas sino con un paisaje rico y diverso con campos con arrozales, sierras, lagunas, palmares y dunas.
La Paloma. Su principal balneario es La Paloma, ubicado a aproximadamente 28 kilómetros de la ciudad de Rocha. Su aire a "pueblo grande" pero con todas las comodidades permitió que se transforme en uno de los centros turísticos que más ha crecido en el último tiempo. Terminal de ómnibus, tres salas de cine, casino, supermercados, buena cantidad de hoteles, excelente oferta de casas para alquilar, boliches bailables y parajes para acampar lo transforman en el centro para vacacionar para familias y adolescentes.
Para los niños de corta y mediana edad, las preferencias pasan por playa El Cabito, mansa y tranquila. Las puestas de sol muestran su costado más poético y romántico en La Balconada. Cualquier edad es cómplice de una caminata playera y Los Botes es el lugar apropiado quizás para realizarla y disfrutar de la cercanía de la emblemática Laguna de Rocha, donde las aves se apoderan de ese lugar y nos permiten observar su mágico y enigmático vuelo. Se destacan también el boscoso balneario La Aguada, ubicado hacia el noreste, el cuál es el preferido de los surfistas, y por otra parte, la tranquilidad incomparable del Costa Azul.
La Paloma permite transitar por una mixtura de rostros, idiomas, postales latinoamericanas por la gran cantidad de turistas brasileños, argentinos, colombianos y uruguayos que tienen la misma lectura del lugar: esa de creer que se llegó finalmente a un sitio para quedarse y permitir que la vida continúe y pase al lado casi, sin que uno se dé cuenta.
La Pedrera. La exclusividad en Rocha pasa por La Pedrera aunque esto no signifique resignar en la más mínima medida la tranquilidad buscada en este sitio construido sobre un cordón rocoso del Atlántico –de ahí su nombre– formando un espectacular acantilado que impresiona, tanto de noche como de día, por su vista al mar. Tiene un aire de pueblo, con casas diseminadas, buena hotelería, restaurantes y casas de té. La gastronomía es uno de los puntos fuertes de La Pedrera.
El camping La Pedrera tiene una excelente ubicación, a pocas cuadras de la playa. Párrafo aparte para destacar que en febrero se festeja el carnaval de La Pedrera, famoso en toda la costa y en diversos lugares del mundo. Con el ritmo de las cuerdas de tambores de La Pedrera y La Paloma, se desfila por la principal el lunes de carnaval, para terminar, el miércoles de ceniza, en el Club Social con un gran baile de disfraces que alberga a toda la población nativa y deviene en un escenario políglota con imágenes paganas de diversos orígenes, tal cuál sus participantes. Conserva aún sus calles de tierra y una variedad de artistas callejeros, y no tanto, que la hacen encantadora.
Aire puro, viento en la cara, sol pleno y rocas naturales abren su humanidad al mar dejando que éste haga lo suyo, que será nada más y nada menos que intentar que uno vuelva en cualquier momento del año y con distintos estados de ánimo.
Cabo Polonio.
Es natural, único: dunas célebres y móviles declaradas Monumento Natural. La sensación de inmensidad y de contacto con el cielo y el mar desde sus entrañas es lo que lo hacen diferente. Sólo se accede en vehículos 4x4 y cuenta con dos hosterías, además de casitas en alquiler.
Tiene tres pequeñas islas frente a su costa conocidas como islas de Torres (La Rasa, La Encantada y El Islote). Ellas albergan la más importante reserva mundial de lobos marinos que pueden ser vistos desde la costa. Y posee también un faro de referencia para los navegantes que más de una vez encontraron el naufragio de sus embarcaciones por chocar con las enormes rocas costeras. Ideal para la desconexión sideral y cambiar la vida para siempre.
A un lado del faro, la playa es ideal para el surf y los deportes acuáticos; y del otro lado parece un mundo diferente con playas espejos del cielo y con una inmensidad pocas veces vista. Aunque no es una isla, Polonio vive aislado. Está a ocho kilómetros de la ruta 10. Desde hace unos años no se permite ingresar con vehículo propio. Hay que dejarlo en un estacionamiento y subirse a un camión que lo llevará hacia el pueblo. Hay quienes se animan a caminarlos, ¡con mochila!
Punta del Diablo.
Es un pueblo de pescadores con un paisaje bellísimo y personal, que no deja de lado una buena cantidad de cabañas, hoteles y campings para los turistas. Construcciones en madera, un parador y mercado de artesanías por donde pasa la movida nocturna. Una de sus mejores excursiones es llegar hasta el cerro de la Viuda, con extrañas formaciones rocosas.
Chuy.
Chuy es uruguayo, Chui brasileño. Curioso lugar, no es muy bonito pero si comercial, algo normal en puntos de frontera. El pueblo esta dividido en dos por una avenida principal. Un lado Brasil y el otro Uruguay. Es interesante escuchar a la gente pasar del castellano al portugués según el cliente o la moneda. Es increíble como una frontera, hasta una muy unida como esta, puede hacer que las personas cambien de golpe, aunque se ubiquen a media cuadra de distancia.
Chuy es una localidad fronteriza separada de la brasileña ciudad de Chuí por una calle compartida entre ambas, la llamada “avenida Internacional”, que, del lado uruguayo lleva el nombre de “avenida Brasil” y, del lado brasileño, de “avenida Uruguai”. Está ubicada en el kilómetro 340 de la ruta Nº 9, punto de encuentro con la ruta brasileña BR 471. La gran aglomeración de comercios hacen de esta ciudad un “shopping a cielo abierto”, donde las compras son su mayor atractivo, tanto por los precios como por la variedad de productos. Del lado uruguayo existen numerosas tiendas libres de impuestos.
Chuy dispone de una adecuada infraestructura hotelera y una oferta gastronómica variada. Año a año, organizaciones y vecinos de ambas ciudades trabajan mancomunadamente para la puesta en escena de la mayor fiesta de carnaval de la zona este de Uruguay: El Carnaval Sin Fronteras de Chui-Chuy. Participan en esta fiesta de singular belleza, escolas de Río Grande do Sul, Pelotas, Chuí y agrupaciones de Montevideo, Maldonado y Rocha.
La Coronilla.
Es un punto para destacar para los pescadores. Tiene una buena infraestructura y, embarcado en un bote de pescadores, se puede observar la fauna marina. Hacia el norte, el Parque Nacional de Santa Teresa –tres mil hectáreas pobladas por árboles exóticos y nativos, y excelentes playas– y el Parque Nacional y Fuerte San Miguel, con un área protegida de bañados que alberga importantes ecosistemas.
La oferta de Rocha es tan amplia para quienes buscan playas rústicas y agrestes que deben sumarse los puntos balnearios como Valizas, Aguas Dulces; pueblos de similares características a los ya descriptos pero con una impronta propia que los hace diferentes entre sí, que transforman este cordón balneario en un punto difícil de dejar de visitar, o más bien el sitio ideal para seguir visitando.
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martes, 16 de noviembre de 2010
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